A medida que la tecnología se hace cargo de todos los aspectos de la vida cotidiana, las actividades delictivas evolucionan y se adaptan. Las redes sociales, las aplicaciones móviles y la web oscura han creado nuevas plataformas y canales para que los delincuentes, terroristas y piratas informáticos realicen sus actividades ilegales y se comuniquen en línea con una visibilidad mínima.